jueves, 6 de marzo de 2008

LA VACA LECHERA

Aunque las dos recordamos lo mucho que nos molestábamos en el seno materno (que si yo le metía el dedo en el ojo, que si ella me daba una patada) debo decir que nosotros no fuimos encargadas “a granel”, sino que cada una teníamos nuestra bolsita. (algo que nos repitió muchas veces nuestra madre, para que fuésemos conscientes de hasta qué punto tuvieron cuidado de que, dentro de lo que cabe, estuviéramos cómodas.

Aclarado esto, tengo que volver a nuestras primeras horas de estar en este mundo. Yo soy la pequeña (dicen) porque fui la primera en nacer. Nací quince minutos antes que mi hermana, es decir, abandoné primero nuestra “placentera” vida (vida en la placenta). Y eso me hizo que fuera la primera en preocuparme al mirar a mi madre y ver que sólo tenía dos pechos, que muy bien cuando tienes sólo un hijo que alimentar, pero habiendo dos...... Así que me faltó tiempo para agarrarme como loca a uno de ellos, y chupar con todas mis fuerzas. Sin pensar (egoístamente) que podría dejar sin alimento a mi hermana. A los pocos días ya era consciente de que allí había para dar y tomar, que había para mí, para mi hermana, e incluso se tenía que “ordeñar” mi madre, después de alimentarnos. La tranquilidad de que no iba a faltarme, de que no iba a faltarnos, nos hizo ser muy buenas (además de ser muy conscientes de que no podíamos molestar demasiado). Nuestra vida volvió a ser placentera: comer y dormir.

Se organizaba bien mi madre, primero una, después la otra. Salvo un día, pasados algunos meses y cuando ya vivíamos en Portugal, en que se les pasó la hora y cuando llegaron nuestros padres a casa, ya estábamos las dos llorando desesperadamente de hambre. Así que, en una solución de emergencia, nos puso a las dos a mamar. Nuestro padre la vio, e inundado de emoción, espectador excepcional de una escena tan poco común, comenzó a cantar “Tengo una vaca lechera..... no es una vaca cualquiera”. Nuestra madre le miró y se rió.

Yo no sé cómo le miraría, la verdad.

No hay comentarios:

FALDON DE CRISTIANAR

FALDON DE CRISTIANAR
Con este faldón se bautizaron nuestro padre y nuestro abuelo.